El arte y las matemáticas están lejos de las musas creadoras y la poesía que se puede ver en la estética visual presente en toda forma de vida y acto creativo.
¿Sabes que arte y matemáticas están estrechamente unidos? Al contemplar una obra de arte, admira el genio del artista, que logra maravillosamente un bello equilibrio en lo que ha retratado y lo que nos produce asombro. Muchos no se darán cuenta de que en el milagro hay un estudio muy profundo y matemático. Pensarás que es una locura incluso hacer tal afirmación, pero sorpresa, sorpresa, la historia nos dice otra cosa.
La pintura es un acto de precisión, sobre todo clásico, pero también abstracto está diseñado sobre una lógica matemática porque necesita ese orden para crear un conjunto de imágenes visualmente equilibrado y armonioso. Se trata de una proporción áurea y eso es lo que crea el vínculo entre el arte y las matemáticas.
La pintura es un acto de precisión, sobre todo clásico, pero también abstracto está diseñado sobre una lógica matemática porque necesita ese orden para crear un conjunto de imágenes visualmente equilibrado y armonioso. Se trata de una proporción áurea y eso es lo que crea el vínculo entre el arte y las matemáticas.
El matemático Leonardo Fibonacci demostró en 1202 que la proporción áurea está presente en la naturaleza, en los animales y en el mismo hombre. ¿Qué tengo que agradecer, que quería resolver un curioso problema: cuántas parejas de conejos se obtienen de una única pareja de conejos, considerando que ésta produce mensualmente una nueva pareja de conejos que a su vez se vuelven fértiles a partir del segundo mes? La respuesta es 144 pares de conejos. En esta serie, cada número es la suma de los dos números anteriores: 0, 1, 1, 2, 3, 5, 8, y así sucesivamente. Es casi imposible que el orden de las hojas de una rama coincida con la secuencia de los números de Fibonacci como los pétalos de muchas flores.
No hay que entrar en detalles sobre las matemáticas que a mucha gente no le gustan; sólo se trata del concepto de que todo tiene una base en los números. A Leonardo da Vinci, a quien debemos la perspectiva y el dibujo del Hombre de Vitruvio, cuya geometría permite calcular perfectamente las medidas del cuerpo humano en todas sus partes, mostrando así que la geometría es un medio básico para medir al hombre dentro de un círculo y un cuadrado.
Ahora el cálculo matemático ha llegado a ser fundamental para las nuevas formas de arte, como el diseño industrial y el gráfico en general. El iraní Hamid Naderi Yeganeh crea por ordenador miles de diseños matemáticos en los que reina la armonía.
En cuanto a los fractales, los artistas Liz Blankenship y Daniel Ashlock se interesaron mucho por estas ideas en las que juegan con la repetición de motivos a partir de ángulos y distancias que tienen relaciones de equivalencia entre sí.
La isometría y el 3D (Geometría tridimensional) comenzaron gracias al matemático John Nash, ayudado por Kerry Mitchell, fundador del Centro de Diseño y Modelado Computacional del MIT, es otro ejemplo. La secuencia de datos y su reproducción de formas; todo un nuevo enfoque en el campo del arte.
Si le interesa saber más, este libro del matemático italiano Giovanni Filocamo -matemático, físico, investigador y escritor- explica la relación entre el arte y las matemáticas de una forma muy curiosa. En este libro el autor hace el análisis de obras de arte desde la antigüedad hasta las teorías modernas, y comparte cómo se crean las obras, cómo toman forma, qué inspira a los artistas e incluso el subconsciente del artista.
Sin embargo, hay otro instrumento que nos ayuda a saber cuándo una obra carece de armonía y proporción: el ojo humano. Un controlador cerebral externo que calcula continuamente de forma numérica. Es el ojo el que, precisamente, denuncia la imperfección.
En conclusión, los artistas que son conscientes o no de este hecho (los ingenuos artistas originales) deben considerar que su creatividad es propia, pero aplicar esa creatividad se basa en reglas de oro que son los números. Esto nos hace ver que hay un orden en todo, aunque es necesario pintar dos rayas sin sentido alguno o escupir cualquier forma. Las matemáticas estarán allí, tranquilas y sosegadas, esperándote.